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Observe cómo florece su jardín: cultivo de lavanda a partir de Seeds 101

Cultivar lavanda a partir de semillas puede ser una tarea gratificante pero desafiante, especialmente para quienes son nuevos en la jardinería. La lavanda, conocida por sus fragantes flores y sus usos versátiles, es una valiosa adición a cualquier jardín. 

En esta guía, te diré cómo cultivar lavanda a partir de semillas y compartiré algunos trucos y consejos valiosos para facilitar el proceso. ¡Vamos a sumergirnos! 

Observe cómo florece su jardín: Cultivo de lavanda a partir de semillas 101

Tipos de semillas de lavanda

Las semillas de lavanda vienen en varios tipos, cada una con sus características únicas y requisitos de crecimiento. Los tipos principales incluyen lavanda inglesa, española y francesa, y también hay varios híbridos disponibles que ofrecen una variedad de opciones para los jardineros. 

  • Lavanda inglesa: Conocido por su dulce fragancia, se utiliza a menudo en bolsitas y aplicaciones culinarias.
  • Lavanda española: Reconocible por sus pétalos en forma de orejas de conejo, se cultiva principalmente con fines ornamentales.
  • Lavanda francesa: Valorado por sus flores duraderas y su fuerte aroma, es una opción popular para popurrís y arreglos florales.
  • Híbridos: Estos combinan rasgos de diferentes especies y ofrecen potencialmente una mayor resistencia, fragancia o duración de la floración.

Elegir el método correcto

Las semillas de lavanda se pueden propagar en el interior o sembrar directamente en el jardín. Comenzar en el interior suele ser el método preferido, ya que permite un entorno controlado y garantiza una tasa de germinación más constante. Esta configuración controlada es crucial, ya que las semillas de lavanda pueden ser bastante delicadas, tardan mucho en germinar y tienden a brotar de manera desigual. 

Lavanda de semilla
Lavanda que crece a partir de semillas. Imagen de Flickr por Jon Hancock

La siembra directa es otra opción, pero requiere una atención meticulosa al momento y las condiciones ambientales. Las semillas de lavanda también son excelentes candidatas para la siembra de invierno debido a su necesidad de estratificación en frío, un proceso en el que las semillas se exponen a un ambiente frío y húmedo para romper la latencia y fomentar la germinación. 

Este método puede ser particularmente beneficioso para quienes viven en regiones que experimentan temperaturas invernales heladas, ya que alinea las condiciones climáticas naturales con las necesidades intrínsecas de las semillas.

Cronología de la semilla a la cosecha

Cuando se cultivan a partir de semillas, las plantas de lavanda se toman su tiempo para alcanzar su máximo potencial. En el primer año, las plantas pueden florecer ligeramente, lo que ofrece un atisbo de la generosidad aromática que está por venir, posiblemente con la aparición de algunos cogollos. 

Para la segunda temporada, las plantas deberían florecer por completo, presentando una profusión de flores fragantes para el disfrute de los jardineros. Esta progresión gradual subraya la importancia de la paciencia y el cuidado diligente en el cultivo de lavanda. 

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Plantar semillas de lavanda

Comience determinando el momento óptimo para plantar, generalmente de 10 a 12 semanas antes de la fecha promedio de la última helada si comienza en el interior. La preparación de las semillas es crucial; Las semillas de lavanda se benefician de la estratificación en frío, un proceso que implica colocarlas en suelo húmedo y refrigerarlas durante 3 a 6 semanas antes de plantarlas.

Suministros necesarios:

  • Semillas
  • Bandejas de semillas con tapa.
  • Tierra para semillas o pellets de turba.
  • paleta de mano
  • Agua
  • Crecer ligero (recomendado)
  • Termómetro de suelo (opcional)

Pasos de plantación:

  1. Prepare el suelo: Utilice gránulos humedecidos o llene las bandejas de semillas con una mezcla de tierra.
  2. Sembrar las semillas: Plante 2-3 semillas por hoyo o gránulo, cubriéndolas ligeramente con tierra, a no más de 1/8 ″ de profundidad.
  3. Riego: Mantenga el suelo uniformemente húmedo, regando desde abajo para evitar desplazar las semillas.
  4. Cubra las bandejas: Utilice tapas de plástico en forma de cúpula para retener la humedad del suelo durante la germinación.
  5. Proporcionar luz: Coloque las bandejas en un lugar luminoso o utilice luces de cultivo, asegurándose de que las semillas reciban suficiente luz para germinar.
  6. Monitorear la temperatura: Mantenga la temperatura del suelo entre 60 y 65 °F para una germinación óptima.

Tiempo de germinación de lavanda

Las semillas de lavanda son conocidas por su germinación lenta y desigual. Algunas semillas pueden brotar en 2 o 3 semanas, mientras que otras pueden tardar un mes o más. Esta variabilidad en los tiempos de germinación requiere que los jardineros tengan paciencia y brinden un cuidado constante para garantizar el crecimiento exitoso de todas las semillas. 

Es normal que algunas semillas broten rápidamente y otras crezcan lentamente, por lo que mantener un entorno de crecimiento óptimo y un seguimiento regular es crucial durante esta fase. 

Cuidando las plántulas de lavanda

Las dos primeras hojas que aparecen después de la germinación son las “hojas de semillas”, que son ligeramente ovaladas y redondeadas en los extremos. Los crecimientos posteriores son las "hojas verdaderas", que se asemejan a hojas de lavanda en miniatura, un claro indicador de un progreso saludable. A continuación se ofrecen algunos consejos de cuidados posteriores:

Plántulas de lavanda
Plántulas de lavanda. Imagen de Flickr por Rayo mejor a través de la lente
  • Luz: Las plántulas de lavanda pueden volverse largas rápidamente, por lo que es necesario mantener una luz de crecimiento de 1 a 2 pulgadas por encima de ellas en todo momento. Una ventana soleada suele ser insuficiente para evitar las piernas largas.
  • Agua: Mantener el suelo uniformemente húmedo es crucial. Se debe evitar el riego excesivo que provoca que el suelo se empape para evitar la pudrición de las raíces.
  • Fertilización: La lavanda prospera en suelos pobres en nutrientes; por lo tanto, la fertilización suele ser innecesaria e incluso puede ser perjudicial, provocando un retraso en el crecimiento, entre otros problemas.

Trasplante de plántulas de lavanda

El trasplante es una fase crítica en el ciclo de vida de la lavanda. Es fundamental esperar hasta que las plántulas midan entre 2 y 3 pulgadas de alto y haya pasado la última helada. Aclimatarlos a las condiciones exteriores es vital; un cambio repentino de entorno puede ser perjudicial para su supervivencia.

Introduzca gradualmente las plántulas a las condiciones exteriores para asegurarse de que se adapten bien al nuevo entorno. Una vez aclimatadas, plante las plántulas en un lugar con pleno sol y suelo bien drenado, espaciándolas adecuadamente para permitir el crecimiento.

preguntas frecuentes

El cultivo de lavanda a partir de semillas suele plantear numerosas preguntas. A continuación se incluyen algunas preguntas frecuentes que le ayudarán aún más: 

¿Por qué no germinan mis semillas de lavanda?

Varios factores pueden inhibir la germinación, incluido un suelo demasiado cálido o húmedo, una luz inadecuada o semillas viejas y no viables. Mantener la temperatura del suelo entre 60 y 65 °F y niveles constantes de humedad puede mejorar las tasas de germinación.

¿Es necesaria la estratificación de las semillas de lavanda?

Si bien no es absolutamente necesario, la estratificación o la exposición de las semillas a un período de frío puede mejorar significativamente las tasas de germinación y es muy recomendable para las semillas de lavanda.

¿A qué profundidad se deben plantar las semillas de lavanda?

Las semillas de lavanda requieren luz para germinar; por lo tanto, lo ideal es una capa ligera de tierra, de no más de 1/8” de profundidad.

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Consejos adicionales

A continuación se ofrecen algunos consejos e ideas adicionales para garantizar el crecimiento saludable de sus plantas de lavanda.

  • Fertilizando: En suelos pobres, la aplicación de un fertilizante equilibrado puede resultar beneficiosa, pero se debe evitar la fertilización excesiva.
  • Poda y marchitez: La eliminación regular de flores marchitas o muertas fomentará una mayor floración. Después de la temporada de floración, la poda ayuda a mantener la forma y fomenta un nuevo crecimiento.
  • Cosecha de lavanda: Cosechar lavanda es una deliciosa culminación del meticuloso cuidado y la paciencia invertidos en su cultivo. El momento óptimo para cosechar lavanda es justo antes de que se abran las flores, asegurando la conservación de los aceites aromáticos.
  • Cuándo cosechar: Los cogollos de lavanda están listos para cosechar justo antes de que se abran las flores. Los tallos deben cortarse justo por encima de un conjunto de hojas. Utilice tijeras o tijeras afiladas para cortar los tallos. Después de cortar, retire las hojas de los tallos, átelos con una cuerda y cuélguelos boca abajo en un lugar cálido y seco hasta que los cogollos se sientan secos.
  • Almacenamiento de cogollos de lavanda: Una vez secos, guarda los cogollos de lavanda en un recipiente hermético para conservar su fragancia y evitar que la humedad los estropee.
  • Usando lavanda cosechada: Los cogollos de lavanda se pueden utilizar de diversas formas, incluso para hacer bolsitas, tés o incluso como hierba culinaria, añadiendo un sabor único a los platos.

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Pensamiento final sobre las semillas de lavanda

Cultivar lavanda a partir de semillas es un viaje lleno de aprendizaje, anticipación y la dulce recompensa de las fragantes flores. Experimentar con diferentes variedades de lavanda puede aportar diversas fragancias y colores a su jardín, y cada tipo tiene su encanto y usos únicos. 

Ya sea usted un principiante o un jardinero experimentado, cultivar lavanda ofrece una experiencia rica y llena de sentidos y la oportunidad de profundizar su conexión con el mundo natural. Por lo tanto, acepte los desafíos, disfrute el proceso y saboree las recompensas aromáticas de su viaje hacia el cultivo de lavanda.

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